El Aceite de Oliva Virgen extra se puede convertir en una poderosa arma para combatir enfermedades cuando está presente en nuestra dieta y en nuestra vida diaria. En este caso, hablaremos de la relación entre la diabetes y el AOVE.
¿Cómo tomarlo para que sea beneficioso?¿Puede ser preventivo?
QUÉ ES LA DIABETES Y QUÉ TIPOS HAY
Se trata de una enfermedad. Está asociada a hábitos de vida poco saludables como el tabaquismo, una dieta poco equilibrada basada en el consumo de grasas animales y el padecimiento de obesidad. También puede aparecer en personas jóvenes aparentemente sanas por herencia o por factores ambientales.
Te dejamos algunos de los síntomas más comunes aquí.
Se trata de una enfermedad crónica, es decir, duradera en el tiempo. El cuerpo no produce la suficiente insulina (una hormona que permite que el azúcar pase a las células) o no puede hacer uso de ella.
Si no se trata, puede derivar en problemas de salud graves en relación a la vista, los riñones o el corazón.
Existen varios tipos de diabetes:
Diabetes tipo 1. Se trata de una reacción autoinmune de nuestro cuerpo, es decir, que este se ataca a sí mismo. Se suele dar en un pequeño porcentaje de población joven que necesita recibir insulina a diario para paliar esta enfermedad.
Los expertos concluyen que este tipo de diabetes suele surgir por causas ambientales como los virus.
Diabetes tipo 2. Se caracteriza por presentar niveles altos de glucosa en sangre y se produce en pacientes con obesidad, sedentarismo o por cuestiones genéticas.
Al comienzo de la enfermedad los pacientes producen un exceso de insulina para que el cuerpo responda, pero su cuerpo termina por no producir insulina. La consecuencia es que los niveles de glucosa en sangre se disparan.
También existe la diabetes gestacional que afecta a las mujeres embarazadas sin antecedentes, ni síntomas. Surge durante el embarazo y es importante controlarlo para proteger al bebé de posibles complicaciones. No obstante, suele desaparecer tras el embarazo.
Eso sí, tanto la madre como el hijo deberán tener precaución, ya que después de la diabetes gestacional hay más posibilidad de padecerla en un futuro.
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BENEFICIOS DEL ACEITE DE OLIVA FRENTE A LA DIABETES
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COMPONENTES BENEFICIOSOS y CARÁCTER PREVENTIVO
El Aceite de Oliva Virgen Extra contiene hidroxitirosol, es un polifenol fitoquímico con propiedades antioxidantes. Este componente se encuentra en las aceitunas y el aceite de oliva. Tiene un efecto antiinflamatorio (lo que ayuda a reducir la inflamación vascular), antioxidante, anticancerígeno y protector de la piel.
El hidroxitirosol, según numerosos estudios, es muy beneficioso no solo para prevenir la diabetes sino también las enfermedades cardiovasculares y otras dolencias.
Su principal beneficio es que reduce los niveles de glucosa que ayuda poderosamente a los pacientes diabéticos.
Para aprovechar sus beneficios frente a la diabetes es recomendable tomarlo en crudo. A continuación te contamos cómo y cuánta cantidad tomar.
Además, hay estudios que evalúan la oleuropeína, presente en el Aceite de Oliva Virgen Extra y en las hojas del olivo, y afirman que puede ser una sustancia beneficiosa para la diabetes.
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REDUCE PROBLEMAS CARDIOVASCULARES
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DIETA PARA LA DIABETES
Para obtener esos beneficios del Aceite de Oliva Virgen Extra es necesario tomar al menos 30-40 ml diarios, equivalente a dos cucharadas soperas.
- EVITAR EL SOBREPESO
Uno de los mayores factores de riesgo para sufrir diabetes tipo 2. A continuación te incluimos buenos hábitos que debes seguir para prevenir y controlar la diabetes.
El primero de todos es seguir la Dieta Mediterránea, recomendable para todas las personas, pero aún más para los pacientes que sufren diabetes. Dentro de esa dieta, como ya sabéis, es fundamental el aporte de AOVE diario.
Los especialistas recomiendan reducir los hidratos de carbono y en caso de tomarlos que sean integrales.
Equilibrar las fuentes de proteína.
Para reducir los picos de glucosa es recomendable no tomar batidos de fruta.
Evitar productos hipercalóricos.
Evitar las grasas saturadas.
Lácteos bajos en grasas.
Realizar actividad física diaria.
Abandonar hábitos muy poco saludables como el tabaco y el alcohol.
Controlar periódicamente con análisis clínicos la enfermedad.